fe de erratas

23 jun 2011

Sicilia dialogó, Calderón debatió

Sicilia dialogó, Calderón debatió 

  SDP Aperio Oculum @AperioOculum       2011-06-24
 
Tan de moda está la palabra “dialogar” en nuestra farsa política que muchos lo festejan y se alegran al escucharla. En sí, se usa sin ton ni son entremezclada con la palabra “debatir” y ambas son parte de la actual política mexicana en franco retroceso.
 Pero seamos claros: Calderón tiene un temperamento que lo hace incapaz para el diálogo (aun cuando hay veces que parece intentarlo sinceramente). Calderón, en su arrogancia, sólo sabe debatir y es capaz de espetarle a su interlocutor (un poeta reconocido): “te equivocas Javier”. Ese es el problema con el ser gris que aun intenta legitimarse.

Por otro lado, Javier Sicilia y los activistas que lo acompañan tienen una mayor disposición al diálogo. En sí Sicilia lo escribió en una de sus colaboraciones magistralmente, en aquella ocasión indicaba que el logos habita en el misterio, más allá de las definiciones claras y unívocas (misterio en su acepción de referencia a lo-místico).  Nadie tiene acceso a él directamente, sino por la complementariedad de los muchos que lo podemos pronunciar. Es con el diá-logo, el compartir el logos, con lo que se puede acercar uno a entender el misterio. Sicilia sabe entonces de lo que habla cuando busca un diálogo, sabe que es algo mucho más trascendental que el simple compartir puntos de vista.

En fin, Sicilia dialogó, pero Calderón debatió. No se logró gran avance para la solución del problema, pero sí mucho se avanzó para que Calderón se sienta más tranquilo respecto a este movimiento. El movimiento habló desde la realidad descarnada, Calderón desde la insensibilidad propia de quien defiende el poder. El movimiento recurrió a símbolos de alto impacto de compasión, y Calderón dijo “yo tengo uno también”. Sicilia comunicó un sentir generalizado: 
el ejecutivo debe pedir perdón”, Calderón dijo que no, que no se arrepiente, que a lo mucho pide perdón por no haber empezado antes su guerrita.

Calderón no dialogó, debatió. Calderón no suspendió sus creencias (requisito básico para el diálogo), Calderón creyó que él y sus secretarios tienen la razón, Calderón sustentó lo que dijo en innumerables estadísticas e indicadores sólo significativos para él, Calderón recurrió a su propio monólogo con el que se cree a sí mismo un extraordinario presidente, Calderón hizo mucho en el encuentro, pero no hizo lo único que se le pedía: escuchar.

Lo que sigue es mantener la entereza y sabiduría que impulsa al movimiento. Se requiere por un lado mantener la exigencia en los pocos acuerdos logrados, pero también la fuerza movilizadora para destapar más cloacas que en algún momento lleguen a refrenar la arrogancia de este señor que, por usurpar la presidencia y tratar de legitimarse, inició una guerra fallida contra los mexicanos.

@aperiooculum
http://sdpnoticias.com/columna/3362/Sicilia_dialogo_Calderon_debatio 

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