fe de erratas

15 may 2013

Golpe a Calderón / Corrupción azul

Golpe a Calderón
Corrupción azul
Nava, lugarteniente
Aumento desgordillado
Julio Hernández López
Foto
CUMPLEN SEIS DÍAS EN AYUNO. Familiares de desaparecidos cumplieron ayer seis días en huelga de hambre frente a las oficinas de la Procuraduría General de la República en Paseo de la Reforma. Exigen a las autoridades que avancen en las pesquisasFoto Carlos Ramos Mamahua
 
 
 
 
 
 
El Pacto por México avanza: Pemex da un toque de seria advertencia al felipismo mediante una denuncia en Estados Unidos contra el íntimo César Nava, con lo que fortalece al más apasionado de los nuevos peñistas, Gustavo Madero (a quien los calderonistas han tratado de derrocar o cuando menos moderar), y oportunamente empareja el marcador de corruptelas con el dúctil Carlos Romero Deschamps, que así no queda tan solitario en el escaparate de la putrefacción petrolizada.
 
César Nava es, políticamente, Felipe Calderón. La acusación se refiere a hechos sucedidos más de 10 años atrás, cuando el hoy esposo de la cantante Patylú era director jurídico del Pemex foxista dirigido por Raúl Muñoz Leos, pero la identidad inequívoca e imborrable del yunquista Nava es con su paisano Felipe, de quien fue asesor en la Secretaría de Energía, secretario particular en Los Pinos y comisionado para presidir el comité nacional panista durante el mismo sexenio macabro que terminó casi seis meses atrás.
A nadie medianamente informado asombran las acusaciones contra Nava. Bastaría revisar el libro Camisas azules, manos negras: el saqueo de Pemex desde Los Pinos (publicado en 2010 por Grijalbo Mondadori: http://bit.ly/16y5CGK), de la reportera Ana Lilia Pérez, para poner en acción mecanismos judiciales contra la élite delictiva, que gracias a la política se ha enriquecido y se ha mantenido en la impunidad.

En una presentación del texto se apunta: “Entre diciembre de 2000 y 2009, de manera directa o a través de sus emisarios, Vicente Fox Quesada, Marta Sahagún y sus hijos Manuel y Jorge Bribiesca, Felipe Calderón Hinojosa, César Nava Vázquez, Juan Camilo Mouriño, Juan Bueno Torio, Jorge Nordhausen, Diego Fernández de Cevallos, Francisco Barrio Terrazas, Eduardo Romero Ramos, Rosendo Villarreal, Jesús Reyes Heroles, Raúl Muñoz Leos, Luis Ramírez Corzo, Carlos Morales Gil, Rafael Beverido Lomelín, Néstor García Reza, entre otros personajes, incluido el temible Guillermo González Calderoni, protector y socio de los cárteles de Juárez y del Golfo, cruzaron el umbral del edificio corporativo en Marina Nacional en busca de jugosos negocios. Muchos de ellos trascendieron en escándalo. En todos privó la impunidad”.
Ana Lilia Pérez también ha escrito El cártel negro: cómo el crimen organizado se ha apoderado de Pemex, y vive autoexiliada en Alemania (el periodista Rubén Luengas recibió de ella una carta en la que explica lo que ha vivido, http://bit.ly/16y8q6N, sobre todo en cuanto a las acusaciones del veracruzano ahora diputado federal Juan Bueno Torio, quien ofreció su punto de vista al mismo Luengas en http://bit.ly/13ji9Yb).
Sin embargo, llama la atención la súbita preocupación justiciera de la administración federal actual que, como dirían los clásicos, tiene lo suyo. Nada apunta ni por equivocación a que en Pemex esté en proceso un proyecto en busca de erradicar la corrupción y castigar a quienes larga y ostentosamente se han beneficiado de ella. Todo lo contrario. Los recién llegados al poder se siguen frotando las manos ante el botín energético, tanto en materia de dar comisionable continuidad a los negocios de siempre como en relación con lo que pretende ser el festín del sexenio, la máxima privatización a partir de una reforma legislativa que abrirá el camino a capitales nacionales y extranjeros.

El golpe a Nava-Calderón trata, pues, de apaciguar los ánimos de rebeldía convenenciera que han mostrado los felipistas en el primer tramo del peñismo, abiertamente opuestos a los arreglos de Gustavo Madero (quien mantuvo un forcejeo con FC cuando éste ejercía el poder en el país) con el PRI-Los Pinos a través del Pacto por México. Pero también presenta vetas sugerentes de acción penal desde el extranjero contra la ya desechable cúpula sindical encabezada por el impresentable Romero Deschamps y contra personajes que se han enriquecido mediante contratismo de muy alto nivel, como el comisionista Jaime Camil, intermediario desde sexenios atrás para compras especiales, como las relacionadas con la Secretaría de la Defensa Nacional, y a quien ha sido considerado uno de los hombres de negocios cercano a los afectos del nuevo ocupante de Los Pinos. La denuncia de Pemex, tramitada ante una corte de Nueva York, incluye a Luis Enrique Bouchot, quien fue director jurídico de Pemex-Refinación y a un legislador panista que podría ser el antes citado Bueno Torio.

¿Increíble vocación justiciera, ajuste de cuentas con el calderonismo, amagos sin consecuencias reales, mera pirotecnia para distraer la atención pública? Lo cierto es que el episodio estelarizado por César Nava ayuda a confirmar el enorme grado de corrupción que ha sido tolerado en Pemex y da un adelanto de las aguas negras entre las que se firmarán las cesiones y concesiones derivadas de la reforma energética si es que finalmente el peñismo logra imponerla mediante acciones legislativas rápidas y con el respaldo pactado de la presunta oposición, que también tiene las manos negras aunque sus camisas sean de otros colores.
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